LAS COSAS DE LUA

Siempre hay algo que contar y a quien contar....

26 de junio de 2010

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22 de junio de 2010

OLAS DEL MAR...


Hoy es 16 de julio. La Virgen del Carmen se asoma de nuevo al espléndido
balcón del Mediterráneo. El mar se encuentra tranquilo, reluciente, con
aspecto endomingado. El sol parece querer cortejar a la Patrona, pues
refulge expectacular, brillante. Cientos de bañistas se afanan en ganar un
palmo a la playa, pareciendo no querer desconectar jamás de las prisas y
trampas de la vida diaria. PEP se ha sentado en un banco frente a la
playa, el mismo banco en el que ha mantenido con Ella dulces y profundas
conversaciones con la Lluna como testigo. Ayer mismo hizo 5 meses justos que
se conocen. PEP repasa mentalmente todo lo acaecido durante este tiempo,
en especial su primera e inocente conversación con Ella, en la que ya se
causaron una muy grata impresión. Luego sonríe al recordar su fugaz
desaparición de la red motivada por una neumonía y sus disculpas
por no haber atendido como debía a su interlocutora. Sonríe por lo curioso
de la situación, dado que no se veía obligado a dar ningún tipo de
explicación, pero no sabe por qué razón, lo hizo ... De repente se oyen unas
sirenas: provienen de los barcos que, engalanados, se hacen a la mar para
ofrecer su gratitud a la Virgen por haberles permitido un año más estar allí
para tan hermosa tarea. PEP observa absorto aquel desfile de luz y color y
cierra lo ojos. En su mente aparece de nuevo la primavera, la primavera en
la que por primera vez en su vida ha conocido lo más dulce que puede ofrecer
el amor.
Recuerda como sus tardes se fueron llenando de vida, de esperanza ... de
pasión. Sus tardes se fueron llenando plenamente de Ella. Cada día a la
misma hora, en el mismo lugar, en el mismo corazón. Fueron (son)
conversaciones sinceras, inteligentes, divertidas. Conversaciones, en fin,
que dos personas jóvenes tienen necesidad de ofrecer, escuchar, asimilar.

Una tarde de sábado de mayo, su corazón recibió el primer aviso de que algo
le estaba sucediendo. Ella salía esa noche. Y PEP no pudo reprimir un
sentimiento de nostalgia, de necesidad vital de estar con ella esa
madrugada. PEP hasta ese día había sido del viento ... aquella noche se
entregó completamente a Ella. A partir de esa tarde jamás la volvió a ver
como semanas atrás. Algo más profundo le decía que era la mujer de su vida,
la que le podría hacer el hombre más feliz del mundo. A su vez, PEP sabía
que en el corazón de Ella algo estaba sucediendo también. Aquello desprendía
química por todos lados, eso era evidente, pero también sabía que se
encontraba ante una mujer esclava de sus miedos y de sus dudas. Esos miedos
y dudas habían forjado al ser que ella representaba, de eso no cabía la
menor duda. Pero detrás de esa apariencia de indecisión, había una mujer
valiente, dispuesta a entregarse al universo de los sentimientos. Decidió
entonces que PEP habría de ser la llave que activara todo ese mundo por
descubrir. Diablos, tenía tanto que ofrecerle y Ella tenía tanto que
entregar aún ...

Unos turistas que pasaron por su lado motivaron que PEP volviera por unos
instantes a la realidad. Los barcos se habían alejado ... una estela en el
agua recordaba que minutos antes habían desfilado por allí. Uno de ellos le
preguntó qué se celebraba. Eran franceses, y PEP les respondió que los
pescadores devuelven lo que la Virgen les hada dado durante el año. Los
turistas no parecían muy convencidos de lo que les respondió, pero sirvió al
menos para que desfilaran de forma ordenada y desaparecieran paseo abajo.

De repente, un hormigueo sacudió su estómago. Resuenan de nuevo en su
cerebro las primeras palabras apasionadas que le dijo a Ella una tarde mayo.
Ella viajaba en autobús. Volvía de una plomiza reunión de trabajo. PEP
volvía de una excursión con su hijo. La tarde anterior Ella y él mantuvieron
una conversación muy profunda por Internet. PEP se sentía fatal por sentir
lo que sentía por ella sin haber resuelto aún su situación matrimonial,
penosa por otra parte. Ella, muy juiciosa, le hizo ver que él estaría
marcado para toda su vida por su actuación. Él estaba hundido. Decidió esa
tarde cambiar el rumbo de su vida de forma definitiva. Y fue por esa razón
que aquella tarde de lunes le explicó sin ambages a Ella todo lo que su
corazón sentía por ella. Ella sufrió mucho, dado que no estaba sola en el
autobús, y no podía corresponderle de la misma manera .. aunque su corazón
si que se había entregado al de él. A partir de ese Lunes, ambos se
sumergieron en una sinfonía de sentimientos electrizantes. No les importaba
que no tuvieran un futuro palpable, tangible. Les daba completamente igual.
Sólo querían disfrutar de esa situación, de esa nube, de ese estado de
adolescencia madura que les envolvía. Poco a poco, fueron descubriendo
serenamente que tanta pasión, tanta necesidad de darse y recibir mutuamente
muestras de cariño sólo respondía a algo que no querían oir: no tenían un
futuro real. Sólo se aferraban a esa ilusión. Era maravilosamente triste,
pero era así. Se querían como nunca quisieron a nadie. De eso estaban
completamente seguros. Pero sólo tenían eso, esa seguridad, poco más. Ella
se lo expuso a PEP una tarde de viernes de junio. Fue muy dura pero muy
realista. No tenían Nada. Sólo eso, amor. Él se quiso morir en ese instante,
pero reaccionó en seguida. Le contestó que tenían lo fundamental, amor,
seguridad. Sobre esa base construirían su futuro. Más tarde PEP le regaló
a Ella las olas del mar. Cada ola que chocaba contra la arena era una
declaración de amor hacia Ella. La quería con locura, era su vida, y
lucharía hasta el final para compartir su vida.

Se levantó del banco. No había notado el paso del tiempo. Eran más de las
dos de la tarde. El sol volvía de cortejar a la Virgen y se explayaba ahora
con las personas que osaban salir a esa hora. Decidió volver a casa. Eligió
calles adyacentes al paseo, dado que por ellas el calor era más soportable.
Y volvió a sumergirse en sus pensamientos. Dios, como podía amar tanto a esa
mujer. Se dió cuenta que mucho, que la anhelaba como nunca ese sábado. En
ese preciso instante le vino a la memoria Eva y la situación penosa por la
que estaban atravesando. Hacía poco más de un mes quePEP le había
comunicado que debían separar sus caminos a partir de ese momento. Admitió
que había sido el mes más amargo de su existencia hasta la fecha (recordó
una frase de Ella en la que decía que jamás diga que ha sido lo mejor o
peor, pues el futuro está por venir). Repasó las motivaciones reales de
aquella decisión. Entendió que fundamentalmente era para poner fin a una
situación fictícia que duraba demasiado tiempo. De eso estaba completamente
seguro. Pero existía otra razón, poderosa, por la cual se había aventurado a
tomar aquella decisión. Ella. Todos sus pensamientos y actuaciones íban
encaminados hacia Ella. Todo su empeño y decisión estaban sustentados por la
fuerza que su recuerdo y su presencia le insuflaba cada día. Ella no debía
sentirse culpable de nada. Al contrario. Era él el que debía pedía pedirle
disculpas por quererla como la quería.
Pero sí, no debía engañarse más, todos sus pasos se dirigían hacia Ella.

Fueron tan grandes y decididos sus pasos, que hacía apenas 15 días que se
habían conocido físicamente. Era una prueba de fuego. O se rompía la ilusión
o ésta crecería de tal forma que no podía acabar de otro modo que uniendo
sus vidas para siempre. Finalmente sucedió todo de forma inesperada en
cuanto a la secuencia de acontecimientos ... pero con el resultado más
esperado por parte de ambos. Sus cuerpos se fundieron por completo, unas
veces de forma atropellada y otras de la forma más serena. Y decidieron que
la magia no se había roto, antes al contrario, aquello que habían ído
forjando durante meses era tan sólido que había facilitado el encuentro
hasta el extremo de parecer una pareja que se conocían desde hacía años.

Ya estaba cerca de su casa. Todas estas reflexiones que PEP fue razonando
durante ese paseo giraban alrededor de sus dudas sobre lo que verdaderamente
estaba sintiendo por ELLA. Al principio fue un enamoramiento explosivo. No
podía ser de otro modo, no tenía un futuro que ofrecerle a Ella. Tan sólo la
ilusión y la esperanza de creer en ese porvenir. Y esa ilusión y esperanza
sólo podía alimentarse de aquella forma. Luego los acontecimientos se habían
precipitado de tal manera que, de repente, sin saber como, aquel futuro
incierto, intangible, se había vuelto de golpe en real, factible, posible.
Y, curiosidades de la vida, ahora que se encontraban tan cerca de ese futuro
real, era ahora precisamente que PEP necesitaba de pruebas, de
auto-sugestión para creer que lo que sentía por ELLA no fuera sólo eso, una
ilusión, una esperanza ... que no fuera amor. Hasta ayer sufría por eso sin
saberlo apenas. Ahora se daba cuenta que está pasando por una prueba que
viene a confirmarle lo que más desea en este mundo: que no es una ilusión.
Es un amor tan puro, tan sereno, tan pleno el que siente por Ella ...
Simplemente el hecho que Ella emprenda un viaje de una semana le ha sumido
en un estado de nostalgia tan grande que ahora, que está a punto de abrir la
puerta de su casa, comprende de forma definitiva que Ella es la mujer de su
vida, y que si nada lo impide, en un futuro no muy lejano emprenderá con
ELLA el viaje más hermoso que jamás haya realizado ... el viaje hacia la
felicidad.

Cielo, disfruta de tus vacaciones. Te ama PEP

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